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martes, 21 de diciembre de 2010

DISERTACIÓN

¿EL CONOCIMIENTO PUEDE CONDOCUIR A LA FELICIDAD?

           
Antes de nada me gustaría aclarar el término de conocimiento para tener una visión más amplia del tema a tratar y así poder responder de forma adecuada a la pregunta que se plantea. El conocimiento es un conjunto de información que almacenamos mediante la experiencia o el aprendizaje. En la vida, el conocimiento es algo muy importante. Es algo que nos define. No solo por el hecho de que una persona sea más inteligente que otra (que no se considera lo más importante para esta vida) sino porque gracias a él nos acercamos a una realidad más concreta y definida. El conocimiento es una de las metas más importantes que persigue la filosofía. Concretamente pretende conseguir el conocimiento y la felicidad. La felicidad, esa palabra tan bonita pero a veces tan difícil de conseguir. Es ese sentimiento que hace que nos sintamos realmente bien. Y, de hecho, en eso consiste el tema que voy a desarrollar a continuación.

           
La cuestión planteada podría descifrar un gran enigma de la humanidad. De hecho los seres humanos actuamos en base a la felicidad. Todo lo que hacemos es por un fin que, en este caso es ser felices. Un ejemplo que demuestra esta aclaración sería el siguiente: Un adolescente que estudia, quiere realizar una carrera en un futuro, tiene planes como casarse o tener hijos, conseguir un trabajo estable… busca la felicidad. Es indiscutible que si hace eso es por ser feliz, además de otras cosas. Pero lo que más le mueve es el hecho de sentirse mejor y lograr sus metas, aunque le cueste cierto esfuerzo. No solo la felicidad se encuentra en los planes de futuro. Cada persona es diferente y por lo tanto, busca la felicidad siguiendo sus propios métodos e ideas y según la meta que desee conseguir. La mayoría de los niños son felices cuando reciben los regalos de navidad, en cambio, un niño tercermundista es feliz cuando recibe comida, asistencia médica, etc. Esto último demuestra que la felicidad de unos no es tal para otros. Realmente no conocemos el camino directo a la felicidad ya que si fuera así todo el mundo sería feliz, no existirían preocupaciones ni habría tantos problemas como los que se nos presentan en la actualidad. Pero, aunque no conozcamos el camino directo, sabemos que hay ciertas cosas que nos pueden ayudar.


 Así que dicho lo dicho, volvamos al tema principal. Conocimiento…felicidad. Dos términos, dos temas, dos significados. El conocimiento nos transporta al mundo del saber. La felicidad, por otra parte, es un estado de ánimo que hace que nos sintamos bien. El problema está cuando estas dos palabras van unidas. Hay bastante disparidad de opiniones respecto a la pregunta de si el conocimiento puede conducir a la felicidad. Podemos pensar que sí o podemos pensar que no. Pero, ¿Cuál es la respuesta correcta? Pues eso es lo que trataré de resolver.
Ignorancia, palabra totalmente antagónica al conocimiento. De igual forma que podemos unir conocimiento y felicidad, también lo podemos hacer con ignorancia y felicidad. Se denomina ignorante a aquella persona que no tiene ciertos conocimientos sobre un tema determinado o varios. Por eso se puede afirmar que la ignorancia, en cierto modo, hace felices a las personas. Es cierto que cuando no conocemos algún tema que puede ser doloroso para nosotros, vivimos más felices que si lo conociéramos. Por ejemplo: “Alejandra tiene novio. Éste se marchó hace dos años de vacaciones a Londres. Allí conoció a una chica muy simpática y mantuvieron relaciones durante su estancia en aquel lugar. Cuando el chico regresó del viaje no le contó nada de lo ocurrido a Alejandra. Ésta no lo sabe y vive felizmente con su novio.” Este sería un ejemplo en el constataríamos que la ignorancia hace la felicidad. Al no conocer la existencia de algo, no nos afecta y por lo tanto no sufrimos.
En base a lo anterior cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿es cierto?, ¿se podría considerar que la ignorancia es mejor que el conocimiento? Desde un punto de vista filosófico la respuesta sería que no. Hay que tener en cuenta que “vivir en la ignorancia” es como vivir en un mundo paralelo a la realidad. Porque sí, eres feliz, eso está claro. Pero, ¿a que precio? El precio a pagar es que no conocemos la verdad. Relacionando esto último con el ejemplo anterior se podría decir, incluso afirmar, que Alejandra vive engañada. Y sí, ella es feliz, pero no conoce la verdad. Deberíamos de considerar que aunque sea más dolorosa, la verdad nos ayuda a crecer como personas y la verdad se consigue mediante el conocimiento.
            El conocimiento es algo realmente importante para los seres humanos. Es lo que nos mueve para descubrir cosas nuevas. Si no nos interesáramos por él no alcanzaríamos las metas que nos proponemos. Si somos seres curiosos, y además nos interesamos por el mundo que nos rodea, llegaremos a conocer cosas que, hasta el momento, pensábamos que no existían. Por eso cabe destacar la importancia del conocimiento en la felicidad. Cuando queremos conocer algo que nos interesa mucho y buscamos la respuesta  sin descanso, finalmente la encontramos. El hecho de haber encontrado la respuesta ya de por sí nos hace felices. Independientemente de cual sea la respuesta, sentimos una gran satisfacción al alcanzar nuestra meta, ya que para llegar hasta donde hemos llegado, nos hemos esforzado mucho y hemos tenido que atravesar algunos obstáculos. Se puede decir que hemos encontrado aquello que andábamos buscando. Personas contrarias a esta opinión podrían expresar su desacuerdo argumentando que el conocimiento de las cosas puede hacer infelices a las personas si se trata de asuntos tristes y malos. Y, eso puede ser cierto. Pero, en muchos casos, es preferible conocer la verdad antes que vivir en la ignorancia. El simple hecho de conocer la verdad ya nos hace felices. De la otra forma, todos viviríamos en un mundo absurdo y sin sentido. Porque digo yo ¿qué sentido tiene ser feliz si no se conoce la verdad? La ignorancia es como si viviéramos en una pequeña caja de cristal, aislados de todo y de todos.

            Sinceramente yo soy de las personas que piensa que el conocimiento si que puede conducir a la felicidad. Prefiero conocer la verdad, aunque esta sea mala, antes que vivir engañada. Cuando vives sin conocer las cosas puede que te sientas feliz. Pero, esa no sería una felicidad pura y verdadera ya que realmente no conoces la verdad. En cambio, el conocimiento te aporta mucho más. Te aporta sabiduría y felicidad. Esta última si que sería una felicidad pura ya que está basada en los conocimientos que tenemos. Muchas veces no le damos la importancia que el conocimiento se merece. Realmente pienso que cuantas más cosas conozcamos, más podremos desarrollar nuestras capacidades. Conocer nos ayuda a crecer como personas y a enfrentarnos de forma más directa a nuestros problemas. Cuando nos proponemos conseguir una meta, debemos de seguir el camino del conocimiento y la verdad, ya que si no es así nunca llegaremos a ella. Finalmente, y basándome en todo lo anterior, debo decir que sí, que apoyo la teoría que defiende que el conocimiento conduce a la felicidad.

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