
Tal vez el ejemplo que voy a exponer a continuación parezca un poco exagerado, pero es una buena forma de darnos cuenta de como influye en nuestro comportamiento el estar en un grupo.
Aprovechando que en historia estamos dando el tema de los totalitarismos, se me ha ocurrido que serían un buen ejemplo de todo esto que quiero contar. Pues bien, solo tenemos que remontarnos a los sistemas totalitarios. Concretamente me voy a referir al nazismo, ya que tal vez sea el más "conocido" por todos nosotros. Este sistema se caracterizó por la enorme cantidad de masas que movía. Hitler fue el máximo líder, con sus palabras pasó a ser el más aclamado y adorado por miles de personas. Tal fue su éxito, que simplemente con su presencia sus seguidores se volvían locos. Hitler tenía las armas necesarias para ser un líder de ese rango. Su sistema se caracterizó por la falta de individualidad de las personas que lo formaban. La mayoría pensaban de igual forma, no tenían opinión propia. Y los que no pensaban igual, simplemente eran exterminados (aún me resulta difícil mencionar esta palabra, aplicándola a personas). En este tipo de sistemas los líderes solo buscan una cosa, la colectivización de las personas. Quieren que todos piensen para y por el sistema. Cabe decir que todo esto lo lograban a base de muchísima propaganda y minando poco a poco la integridad de las personas. Lo peor de esto es que cuando tu estás siendo controlado de ese modo por un gran sistema, no te das cuenta. Lo hace de forma muy sutil hasta que un día ya te has convertido en uno más.
A parte de los sistemas totalitarios, otro ejemplo en el que las personas pierden su integridad es en las sectas. Aquí se ve claramente como machacan a las personas hasta convertirlas en marionetas. Lo que las sectas hacen es aprovecharse de las personas más débiles e indefensas y les hacen creer que con su ayuda podrán salir de ese trance por el que están pasando. Pero eso son simples artimañas que utilizan para captar adeptos.
Y dicho todo esto, espero que os haya quedado más claro mi mensaje. No tenemos que dejar que nos manipulen. Tenemos que tener lo pies en la tierra y sobre todo no perder nunca nuestra personalidad, ya que es lo que nos define. Así que mi mensaje es: ¡No dejes de ser persona para convertirte en uno más!
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